CEREBRO Y COMPORTAMIENTO CRIMINAL
El tema no
es nuevo, desde hace tiempo se ha tratado de buscar alguna anomalía orgánica
con la propensión hacia el crimen. Primero fueron los estudios genéticos que
trataban de relacionar diversas alteraciones cromosómicas (fundamentalmente trisomías)
y la tendencia a la agresividad, hoy es la morfología y/o la función de distintas áreas cerebrales.
El diario El
País hace una referencia al estudio realizado en Mind Research Network de
Albuquerque (USA) sobre el cerebro de 96 hombres que cumplieron una pena de cárcel
antes de salir de prisión. Los sometieron a una serie de preguntas y pruebas en
las que tenían que poner en juego su sistema de toma de decisiones o inhibir
sus respuestas más impulsivas. Como parte del estudio les practicaron un
estudio con resonancia magnética para medir la actividad del cortex del cíngulo
anterior (CCA). Aunque todos habían sido condenados y todos respondían a los
mismos estímulos, la actividad del CCA era variable. En unos se detectaba el
aumento propio de un funcionamiento acelerado; en otros, nada. El cíngulo es
una estructura amplia del cerebro que se relaciona entre otras funciones con el
control del comportamiento.
El estudio
se completó con un seguimiento de la reincidencia de estos voluntarios durante
cuatro años. Y el resultado llegó al cruzar los datos de aquella primera prueba
de neuroimagen con su registro delictivo: aquellos que mostraban una menor
actividad en el CCA tenían unas tasas de reingreso en prisión 2,6 veces mayor
que los demás. Más aún: la proporción subía a 4,3 veces si se tomaban solo
delitos no violentos. Y todo ello después de descartar el efecto en el futuro
comportamiento de los investigados de factores como la adicción a sustancias.
Lo ideal,
sería que se pudiera asociar un área del cerebro de manera unívoca a una
conducta, pero el comportamiento humano es tan complejo que eso no es posible,
por lo que todos estos estudios hay que tomarlos como “ayudas o pistas”, pero
“nunca de manera definitiva” “Lo que está claro es que en el cerebro está el
sustrato de la conducta humana”.
cíngulo El es una región cerebral que sabemos tiene una importante función en el control del comportamiento, en anteriores entradas en las que comentabamos el tratamiento de la anorexia nerviosa o de la depresión con estimulación cerebral profunda, la diana en la que se colocan los electrodos son diferentes zonas del cíngulo.