sábado, 18 de noviembre de 2017

SEGUIMOS CON EL TRASPLANTE DE CABEZA.







Publicaba ayer la edición digital de la Voz de Galicia una noticia bajo el titulo de "Realizado con éxito en China el primer transplante [sic] de una cabeza humana" una información sobre el “éxito” de un trasplante de cabeza llevado a cabo en China. Solo hace falta leer un par de líneas más abajo para enterarnos de que el trasplante había sido realizado entre cadáveres. Me sorprende enormemente el titular ya que no puedo entender el “éxito” ante la imposibilidad de saber si el trasplante funcionó a pesar de que la noticia decía: “que las técnicas para reconectar la columna vertebral, los nervios y los vasos sanguíneos funcionan”. Pero lo más importante ¿funcionaba el cerebro?. Evidentemente no ya que los sujetos donante y receptor habían fallecido. 
Aunque el trasplante ha sido realizado en China, detrás del mismo se encuentra un neurocirujano italiano, Sergio Canavero, que trabaja en la Universidad de Turín, a quién conozco desde hace más de  30 años cuando realizaba en el mismo Centro mi tesis doctoral.  Pero ¿por qué en China?
Tengo la absoluta seguridad que ningún centro médico europeo o americano y mucho menos ningún comité ético occidental autorizará en muchos años ninguna intervención de este tipo ya que creo que no existe actualmente ni tecnología ni seguridad para poder realizar con unas mínimas garantías esta intervención. Todos conocemos que en la República China se realizan numerosa actividades sobre todo en el campo médico rodeadas de una gran polémica, debido fundamentalmente a que sus criterios deontológicos a menudo difieren de los habituales en occidente.
Una vez más pediría desde estas páginas a los medios de comunicación una especial sensibilidad cuando se publican noticias como la que hago referencia ya que tildar como "éxito" este tipo de cirugía experimental me parece un disparate.

lunes, 13 de noviembre de 2017

NUEVO TRATAMIENTO PARA EL GLIOBLASTOMA MULTIFORME

La Cadena Ser publica hoy en su pagina web una noticia sobre el desarrollo por parte de científicos españoles pertenecientes al CNIO (Centro Nacional de  Investigaciones Oncológicas), de un posible nuevo medicamento para tratamiento del glioblastoma multiforme (GM).
El GM es un tumor cerebral de muy alta malignidad y el segundo en frecuencia por detrás del meningioma. Se trata de un tumor tremendamente agresivo que crece de manera descontrolada infiltrando y destruyendo el tejido cerebral y de los cuales se diagnostican anualmente más de 1000 casos en España. Actualmente su tratamiento esta muy protocolizado iniciándose por la cirugía (debe realizarse la mayor extirpación posible) seguido del tratamiento simultáneo de radioterapia y un fármaco quimioterápico administrado por vía oral (Temodal). La esperanza de vida de los pacientes oscila entre 12-14 meses.
El fármaco diseñado por el CNIO al cual hace alusión la noticia, actúa bloqueando una proteína la TRF1 que es esencial para el crecimiento del tumor y que es efectiva en ratones a los cuales se les había reproducido el tumor en su cerebro.
Creo que es un trabajo prometedor pero también opino que debemos ser muy prudentes ante la noticia, ya que continuamente se anuncian en los medios de información el descubrimiento de numerosos fármacos que actúan sobre el crecimiento de diversos tumores en animales de experimentación pero que luego no funcionan en humanos. Esta circunstancia crea en los pacientes oncológicos y sus familiares una gran inquietud a la vez que sensación de esperanza y que casi siempre se ven truncadas al no poder hacerse el traspaso de la experimentación animal al  tratamiento con humanos.

domingo, 24 de septiembre de 2017

ENCEFALOPATÍA TRAUMÁTICA CRÓNICA

La prensa recoge estos días la noticia de que el jugador americano Aaron Hernández que fue encontrado muerto en su celda penitenciaria el día 19-04-17 sufría de una forma grave de encefalopatía traumática crónica.
La encefalopatía crónica traumática se conocedesde hace unos 50 años como demencia pugilística y es una enfermedad neurodegenerativa, que se produce principalmente por la presencia de lesiones cerebrales traumáticas repetitivas con o sin síntomas, incluyendo lesiones concusivas y sub-concusivas.
Actualmente se ha documentado en atletas que realizan deportes de contacto, cómo boxeo y futbol americano, pero también puede afectar a víctimas de una explosión que sufren los efectos de una onda expansiva. Tras la negativa mantenida durante muchos años por diferentes federaciones deportivas americanas (que temían cuantiosas demandas por parte de deportistas de élite afectados por esta dolencia), la enfermedad fue finalmente reconocida gracias a los trabajos de investigación realizadas por el Dr Bennet Omalu (patólogo forense y psiquiatra de origen africano) que trabajó en el caso del jugador de futbol americano Mike Webster quien había muerto de forma inesperada después de años de lucha contra un deterioro cognitivo, abuso de drogas, depresión e intento de suicidio. Ante la presión de las poderosas ligas americanas, el Dr. Bennet Omalu pagó personalmente los análisis patológiocos del cerebro de Webster en los que pudo observar la gran atrofia cerebral y daño neuronal producidos por los golpes acumulados durante años de vida deportiva. Este apasionante capítulo de la historia de la medicina forense se encuentra representado en la película La verdad duele protagonizada por Will Smith como Bennet Omalu). En el año 2005, junto con sus colegas del Departamento de Patología de la Universidad de Pittsburgh, Omalu publicó sus hallazgos en la revista Neurosurgery con el título de «Encefalopatía crónica traumática con un jugador de la NFL» siendo considerada esta publicación como la base definitiva para el reconocimiento de la enfermedad.

Hernández se encontraba cumpliendo cadena perpetua por un homicidio cometido años antes y el conocimiento ahora de que padecía una forma grave y avanzada de ETC ha llevado a su abogado reclamar una revisión de su causa penal y a solicitar una cuantiosa indemnización a la liga americana de futbol.